LA TORRE
Naturalmente, el campanario de la
catedral de Pisa, la famosa Torre de Pisa, debía de ser vertical, pero los
cimientos débiles en un subsuelo inestable, hicieron que se fuera inclinando
desde el inicio de su construcción, allá por 1173. A partir de la tercera
planta, altura que se alcanzó en 1178, tendió hacia el norte, pero,
afortunadamente para la Torre, gracias al tiempo que pasaron guerreando los
pisanos contra los Estados vecinos, el suelo tuvo tiempo de asentarse, de otro
modo se hubiera derrumbado.
La Torre de Pisa tiene ocho niveles, 294
escalones en espiral y siete campanas, cada una corresponde a una de las notas
de la escala musical.
MARTELLI
La pasta Martelli es mi pasta seca favorita. Su
precioso envase contiene un producto todavía mejor. Se nota que está elaborada
con cuidado, que se han respetado los tiempos de secado. Su textura rugosa se
debe a que ha sido “extruída” y cortada a través de moldes de bronce: cualquier
salsa se “agarra” mejor a ella que a una lisa (la mayoría industriales)
Sólo los miembros de la familia Martelli
trabajan en la empresa. Una vez vi un reportaje de cómo trabajaban y era una
elaboración completamente artesanal. Los Martelli producen en un año lo mismo
que la Barilla en un día…
La fábrica Martelli está
situada en Toscana, en un municipio de la región de Pisa. Sólo producen cinco
formas de pasta, siempre seca y de grano duro: Spaghetti, Spaghettini, Penne,
Maccheroni y, de reciente aparición: “I Fusilli di Pisa”
En italiano, el texto del
envoltorio cuenta que, con estos Fusilli, la familia Martelli ha querido homenajear
a “Famulus Salvius” el joven artesano que en 1294 fue contratado por el hornero
Peciolo para hacer pasta en Pisa, comenzando así la larga tradición de
artesanos de la pasta de esta ciudad.
El Fusilli es además un
homenaje a la torre de Pisa y a su escalera en espiral
I FUSILLI DI PISA
El Fusilli es una pasta con forma de hélice. La
hélice, la espiral tridimensional, es la sublimación de la curva.
Leí en un poema de Jesús Lizcano:
"Mi madre decía: “A mí me gustan las personas rectas”. A mí me
gustan las personas curvas,
las ideas curvas,
los caminos curvos,
porque el
mundo es curvo…
…
A mí me gustan los
mundos curvos;
el mar es curvo,
la risa es curva,
el dolor es curvo;
las uvas curvas;
los labios curvos;
y los sueños, curvos."
A mí me gusta la pasta curva porque además la salsa penetra
perfectamente entre las espirales de este fusilli. Si se quiere disfrutar de
ellos al cien por cien, basta con hacer una buena salsa de setas, que contenga
un poquito de nata ligera, y cocer los fusilli un minuto en ella añadiendo
además medio vaso de agua de cocción. Luego, ya emplatados, hay que rayarles rápidamente por encima un poco de Parmigiano-Reggiano. Si también se tiene la fortuna de contar con una buena trufa negra para rayar, el plato llega al cielo...